Por: Ilán Greenfield
¿Aún no has aprovechado el Ciclopaseo de Quito? Pocas ciudades están tan comprometidas a hacer de las calles una pista de bicicletas los domingos. Es una excelente iniciativa ya enraizada en la capital.
El Ciclopaseo se ha vuelto uno con la ciudad. En sus inicios, solo se realizaba cada quince días y hubo quienes dudaban que tuviera éxito (y quienes se crispaban porque cercaban las calles). Pero ya son varios años desde que la actividad se lleva a cabo cada domingo sin falta en Quito —y cualquier cambio de ruta se anuncia en el periódico de la víspera— asentando la costumbre de evitar el acceso vehicular a la arteria principal de la ciudad, para que los ciudadanos la hagan suya por un día y la recorran de pies a cabeza en bicicleta.
Para algunos es parte de su religión. Como la misa del domingo, el sagrado deporte. Y el sagrado ir-al-encuentro de una ciudad bajo nuevas premisas. El momento de llevar al niño para que aprenda a andar (una de las cuatro responsabilidades de todo niño) y que sea la misma ciudad la que le enseñe a hacerlo. Para los/las mayores es el comienzo de una sana adicción. Padres aprovechan un momento en familia… o una excusa para fijarse retos; quizás un deber con el cuerpo que va perdiendo elasticidad. El Ciclopaseo quiere decir algo distinto para cada persona que participa.
Cómo se juega
Todo inicia, claro, desde tu punto de partida. De esta realidad nace la encrucijada: pedalear al norte o pedalear al sur. Para quien vive en los extremos, esta elección está tomada, pero para los demás, todo depende de la dificultad del trayecto que se quiera realizar, de lo lejos que se quiera ir, del lugar, escalas o destino que uno, previamente, ha planeado.
En general, el camino desde el Parque El Ejido hasta el Parque Bicentenario es casi todo plano. Eso quiere decir que es excelente para quienes no se quieren cansar demasiado o quienes no tienen bicicletas con marchas y no tienen la paciencia de lidiar con cuestas de ningún tipo. Es también ideal para los pequeños que están aprendiendo a pedalear. Es común ver a los padres hincados con el destornillador, retirando las ruedas-guías.
El segmento hace su camino entre tres parques: El Ejido, con su mercado callejero de artes y artesanías, juegos para niños y representaciones artísticas de calle; La Carolina, un parque más deportivo, con canchas, una laguna artificial y varios puntos de visita como la casa de reptiles “Vivarium”, el Jardín Botánico de Quito o Mundo Juvenil, además de un circuito de BMX; y finalmente, en el extremo norte del trayecto, el Parque Bicentenario, el ex aeropuerto de Quito que brinda su nostálgica, acaso dramática, actividad de pasear por la pista de aterrizaje, por tantos años inaccesible al público, lleno de ventoleras impresionantes. Hay eventos en estos lugares —desde conciertos y ferias hasta teatro y música, durante algunos fines de semana— que a veces pueden condicionar la visita o itinerario.
Más al norte del Bicentenario, la ruta nos lleva al barrio de la Kennedy, sobre la Galo Plaza Lasso hasta la calle de los Arupos. Esta sí es una subida sostenida que puede afectar al que está fuera de estado físico, hasta el punto de información más norteño del trayecto, tres cuadras al norte del Parque de los Recuerdos.
Cicleando hacia el Centro Histórico
En el costado sur del parque El Ejido está un importante recurso para los bicicleteros del domingo: tienda tras tienda de insumos para bicicletas. Puedes comprar una nueva (o usada), pedir asistencia o comprar accesorios; hay incluso el servicio de ponerle marchas a bicicletas que no las tengan (que puede resultar práctico si te vuelves un “ciclopaseador” empedernido). Desde este punto empieza un trayecto un poco más irregular, en camino al Centro Histórico.
Para muchos, es la razón para realizar el Ciclopaseo. Subir la calle Felipe Borja hasta el Churo, pasando al frente del Parque de La Alameda; cruzar la gran avenida Diez de Agosto para volver a bajar hacia la Plaza del Teatro sobre la calle Guayaquil; en esta bajada “agarras viada” para subir la Olmedo, pasando frente a las bonitas puertas talladas del Monasterio del Carmen Bajo, giras a la izquierda sobre la Venezuela y llegas a puerto: la Plaza Grande. Desde aquí puedes caminar el centro, conocer las muchas iglesias, museos y centros culturales; pasear por los barrios… conocer algunos hitos históricos.
Fuente: https://www.nanmagazine.com/es/ciclopaseo-de-quito-ciudad-a-ruedas/